Una serie de puentes para llegar a Betanzos
El lugar del Castro de Untia, elegido para el traslado poblacional desde Betanzos Viejo, forma una península bañada por los ríos Mandeo (Florius) y Mendo (Mudus), que obligaron a la construcción de puentes para poder comunicarse con las demás poblaciones del Reino. Los habitantes del Castro, contaban con sendos puentes para salvar ambas corrientes.
Es posible que el Puente Viejo ya existiera como paso de la Vía romana sobre el río Mandeo. De cinco arcos con pretil de sillería, contaba con apartaderos, torre de la Caramona y crucero, reconstruido a finales del siglo XVI por el maestro Juan de Nábeda. Sería ampliado a finales del siglo XIX y irracionalmente reformado 1980. Comunica la ciudad con Ferrol y Villalba, en los caminos de peregrinación inglés y antiguo francés del Norte a Santiago.
El Puente Nuevo, levantado sobre el río Mendo era el nexo de comunicación con La Coruña y Lugo en el Camino Real a Castilla. Este puente gótico, de tres arcos en su origen sería reconstruido a finales del siglo XVI por los maestros Jacome de Villar y Pedro de Barros, y la torre también conocida como de la Caramona, que se levantaba sobre el arco central, sería aderezada en 1606 por los maestros Gonzalo da Portela y Jacome de Castrelo. Las obras de enlosado de granito, ampliación de la calzada y de construcción de dos nuevos ojos, uno en cada extremo, estarían a cargo de Juan de la Llana en 1634. Sería volado el 11 de enero de 1809 por las tropas inglesas al mando del general Sir John Moore, en su retirada para embarcarse en A Coruña. Peor sería su derribo en 1970 por Ministerio de Obras Públicas, siendo sustituido por otro puente de cemento y un solo ojo, que entraría en servicio en 1972, y esto sucedía en una población declarada Conjunto Histórico-Artístico.
El Puente de las Cascas, fabricado con un solo arco sobre el río Mendo y ya citado en el año 1200, es obligado paso para seguir el Camino de Santiago y abandonar Betanzos. Sería reformado en 1634 por el citado maestro Juan de la Llana y volado por los ingleses en 1809, al tiempo que el Puente Nuevo, y dotado con un escudo de la ciudad en 1846, al reponerse el arco que había desaparecido durante la Guerra por la Independencia.
Existen otros puentes como el medieval de Roibeira reconstruído en 1634 sobre el río Mendo, conexión de Betanzos y Brabío con Santiago de Requián. El moderno Puente de Cachiñas que comunica la ciudad con El Carregal y Pasatiempo. Los puentes peatonales de La Ribera sobre el río Mandeo y del Frade sobre el Mendo y por último el de Hierro de la línea ferroviaria que une Betanzos con Ferrol.
Todos ellos darían sentido al enunciado del profesor Urgorri Casado: “Betanzos, cuyo emblema antiguo era un puente y que merece llamarse la ciudad de los puentes”.
Material cedido por el Cronista Oficial de Betanzos, Jose Raimundo Nuñez-Varela y Lendoiro.